sábado, 14 de mayo de 2011

Informe de lectura: Introducción al psicoanálisis - “Lo Real, los Simbólico y lo Imaginario” Por. Dr. Marie Jean Sauret

El lenguaje determina la existencia del sujeto y lo diferencia de los animales. Por tanto el ser humano es el único que maneja el mundo simbólico. El sujeto no es más que una representación, por eso se dice que el sujeto es lo que representa un significante para otro significante.
Nunca por medio del lenguaje el sujeto va a poder saber lo que él es, esto lo denomina el psicoanálisis como la falta del ser, lo que escapa a la representación significante (a) y en sustitución a esto se instaura la pulsión (impulso sexual en el ser humano), diferente al instinto que tiene claro su ser, la pulsión (no es un concepto biológico, ni anti-biológico, es a-biológico) no la tiene.
Se necesitan de 2 significantes para representar al sujeto ya que uno solo no significa nada, no tiene sentido.
S1 Significante 1
S2 Significante 2 que le da sentido al significante 1
Ejemplo:
S1 “señor” (significante que representa al sujeto)
S2 “que habita el apartamento 405” (significante que representa el saber)
El sujeto lo identificamos desde la matemática lacaniana así $ (se lee sujeto dividido, ya que está entre dos significantes s1 y s2)
Lo real: es para el psicoanálisis todo lo que está por fuera del saber, entonces el objeto (a) es un real. Se puede definir como aquello que hace fracasar todo saber, inclusive el saber analítico. Es el nombre que se le da al goce (forma como se hace a un sufrimiento particular ejemplo gozar de los problemas, de las relaciones conflictivas, etc.) más particular del sujeto. Hay un agujero en el saber del sujeto, este no puede saber sobre su ser.
El sujeto no es reductible a un saber a una representación última.
Por encima de la existencia orgánica esta lo simbólico del lenguaje, es por ello que existimos antes de nacer en la palabra de nuestros padres y existimos después de morir en los que nos recuerdan.
Sin el lenguaje sería imposible tener leyes simbólicas como las culturalmente formadas.
El organismo es lo real, el otro es lo simbólico, la intersección del organismo y del otro, tiene 3 consecuencias sobre el organismo.
1.    Lo simbólico no conoce el organismo ya que este es real.
2.    Se introduce un aflata de ser en el sujeto. El sujeto pierde el goce por el hecho de hablar, el sujeto tendrá que elegir entre el goce, su ser y el otro.
El objeto (a) representa la pérdida del goce provocada por la introducción de los simbólico. El fantasma del sujeto es la simboliza de la perdida como falta de goce.
Función del fantasma
·         No dejar pasar el goce ya que su retorno aniquilaría el sujeto.
·         Sostener el deseo del sujeto.

3.    El sujeto no aparecerá más que representado en el lugar del otro. El organismo cae en lo simbólico, el goce es evacuado y el cuerpo se constituye como imaginario, como representación.
Como el goce es intratable el sujeto utiliza el síntoma (pulsión de muerte) y el fantasma para gozar.
Se busca modificar la relación del sujeto con el goce porque en esta el sujeto sufre.

Reflexión – Jornada de Ensayos semestre 1 de 2011

Me pareció muy interesante la lectura de ensayos que se realizo en la Fundación Universitaria Luis Amigo, a la cual asistí en la sesión de 10:30-10:40 de la mañana. A parte de pensar que este espacio es un buen lugar para poder afianzar los conocimientos con el método de escribir, creo que también sirve como practica para enfrentar una cantidad de personas en el auditorio santa riata y nos permite adquirir más propiedad al hablar en público y el manejo de ciertas herramientas como el micrófono las cuales no utilizamos muy a menudo.
Particularmente de esta sesión me gusto mucho el ensayo de  Por mi culpa, por mi gran culpa de la estudiante Catherine Valencia y también Asesinos en serio de Eliana Soto. En el primer ensayo se exponía como las creencias impuestas por la cultura nos afectan, generando sentimientos de culpa que quizás no existirían si ese proceso de desarrollo en el cual se nos inculcaron ciertas “verdades” no se hubiera presentado y el otro ensayo me llamo la atención porque estoy segura que la influencia de las circunstancias definitivamente nos pueden convertir en potenciales asesinos.

Informe: “La estructura perversa y los rasgos de perversión”

Perverso - alteración del supuesto objeto normal de la sexualidad (sexo opuesto), y la alteración de la supuesta meta normal de la sexualidad (el coito).
 El perverso tiene certeza sobre su goce, contiene:

-Fetichista: aquel que necesita de un objeto fetiche para alcanzar la satisfacción sexual.

-Desviaciones de la conducta sexual: la pederastia o pedofilia, la necrofilia, la zoofilia, la gerontofilia, como también el sadismo, el masoquismo, el voyeurismo, el exhibicionismo, etc., (PARAFILIAS)

Hay 2 usos de la palabra perversión en psicoanálisis:
1.    Estructura clínica o psíquica de un sujeto.
2.    Sexualidad humana con carácter perverso.

Los rasgos perversos: son una serie de comportamientos de carácter perverso que se dan en la sexualidad normal.

Cada una de las estructuras clínicas son respuestas a la forma como se estructura la sexualidad en el sujeto. Son formas de respuesta a la historia sexual infantil del sujeto, el complejo de Edipo y el complejo de castración.

Informe: Neurosis, psicosis y fenómenos elementales.

Neurótico, sujeto de la duda - Neurosis histérica: privilegia el cuerpo del sujeto como lugar de inscripción de los síntomas. -Neurosis obsesiva: síntomas que privilegian el pensamiento como lugar de aparición.

Psicótico, sujeto de certeza  -  Psicosis paranoica: delirio de persecución
-Psicosis esquizofrénica: delirio de fragmentación del cuerpo.

Los “fenómenos elementales” son los síntomas de la psicosis, como el delirio. Para diagnosticar una estructura psicótica se buscan «fenómenos elementales», en la estructura neurótica se buscan síntomas. Estos fenómenos se pueden presentar incluso antes del desencadenamiento de una psicosis.

Los fenómenos elementales se clasifican en 3 grupos:

1.    Fenómenos de automatismo mental:  irrupción de voces, del discurso de otros,  el sujeto dice escuchar una voz, que viene de afuera, que viene del Otro, que le dice cosas, le ordena hacer algo o lo insulta.

2.    Fenómenos que involucran el cuerpo: delirio en el que su cuerpo es percibido como extraño o fragmentado, distorsión en la percepción del tiempo y el espacio.

3.    Fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad: el sujeto dice tener experiencias que no se pueden explicar con palabras o experiencias de certeza absoluta, puede leer en el mundo signos que le están destinados, o que contienen una significación que él no puede precisar, pero que le están dirigidos exclusivamente a él.

Informe: “El Diagnóstico de la Estructura: La Localización Subjetiva”

En el psicoanálisis de Lacan el diagnóstico de las estructuras clínicas no se hace en base a la observación de los síntomas, sino en base a la posición del sujeto o la localización subjetiva, lo más importante en la clínica psicoanalítica es la posición que asume el sujeto frente a sus síntomas o su malestar. No son los síntomas los que hacen la estructura, sino la estructura la que le da cabida o no a determinados síntomas. Una persona solo puede tener una estructura clínica y esta no cambiara a lo largo de su vida.

Informe Psicopatología psicoanalítica.

La psicopatología psicoanalítica estudia las enfermedades que afectan la psique, diferenciando la estructura clínica de la persona y descubriendo su posición subjetiva, es decir, las relaciones del ser humano con todo lo que lo rodea. Esto determina la forma como se va a intervenir con el sujeto y su tratamiento si lo hay.
Las estructuras clínicas planteadas por el psicoanálisis son tres
1.    Neurosis: se divide en histérica y obsesiva.
2.    Psicosis: se divide en paranoia, esquizofrenia y autismo o psicosis infantil.
3.    Perversión: se divide en fetichismo (pedofilia, zoofilia, necrofilia, gerontofilia, sadismo, masoquismo, voyeurismo y exhibicionismo)

miércoles, 11 de mayo de 2011

Resumen - “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica” de J. Lacan.

El estadío del espejo se presenta entre los seis y los dieciocho primeros meses de vida, durante el cual el niño anticipa el dominio de su unidad corporal mediante una identificación con la imagen del semejante y por la percepción de su propia imagen en un espejo.
Cuando el niño se identifica en el espejo demuestra un primer acto de inteligencia y establece una relación libidinal con la imagen de su cuerpo, se comienza  desarrollar una subjetividad y una creencia en un orden imaginario. El niño a ver su imagen en el espejo se siente en cantado por ella y se relaciona con ella por medio de gestos y la relación con el medio. El niño se reconoce en el espejo antes de alcanzar sus movimientos corporales.
La relación libidinal con la imagen, genera ciertos conflictos, representa el conocimiento paranoico ya que no distingue lo real de lo irreal en la imagen, desconoce su sí mismo, la imagen en el espejo la ve como otro, el niño se percibe como fragmentado y la generación del yo se comienza a dar por este desconocimiento, donde el niño pierde su identidad y las ideas sobre sí mismo.
Cuando el niño reconoce que la imagen en el espejo es el mismo se da el conocimiento del sí mismo.
El estadio del espejo es una identificación con una imagen que al principio se creía de otro, la imagen se recibe con alegría por el niño, ya que en comparación a su cuerpo sin motricidad, esta es completa, como una Gestalt, esa forma es más constituyente que constituida, que permite solides a ese cuerpo de movimientos incontrolados.
La relación de la incordinación motriz con la imagen percibida como Gestalt genera una rivalidad con esta y una tensión agresiva entre el niño y la imagen, la angustia que provoca esta fragmentación genera la identificación con la imagen y esto lleva a formar el yo.
Lacan señala que esa forma primordial con la que el infante se identifica, debería designarse como yo-ideal, para hacerla entrar, dice él, en un registro conocido: el de las identificaciones secundarias, las cuales tienen como función brindarle al sujeto una «normalización libidinal». Así pues, la imagen del cuerpo propio en el espejo –yo ideal–, es el soporte de la identificación primaria del niño con su semejante y se constituye en la fuente de las identificaciones secundarias que le permitirán al sujeto, establecer y organizar su relación con la cultura. Pero el punto importante que Lacan quiere destacar aquí, es que esa forma primordial “sitúa la instancia del yo, aún desde antes de su determinación social, en una línea de ficción, irreductible para siempre por el individuo solo”
Lacan destaca la relación que el ser humano y los animales tiene con su imagen como en algunos casos el solo hecho de ver una imagen en algunos animales puede generar ciertas conductas.
El estadio del espejo establece así una relación entre el interior del organismo con la realidad exterior.
Lacan dice que esa sensación de fragmentación del cuerpo se manifiesta en las “imágenes de castración. Contra tal reduccionismo imaginario, Lacan optó por el uso de lo simbólico como el único modo de desalojar las fijaciones discapacitantes de lo imaginario.
Es decir que dicho estadio, funda para el niño  un primer modo de vínculo con lo social. Su deseo,  es mediado por el deseo del otro, y hace del yo un aparato que tiene como función la autoconservación, referida esta a los peligros en que se pone en juego la subsistencia. Esta organización dependerá de cómo el sujeto pase por el complejo de Edipo. Que para Lacan, es el pasaje desde el orden imaginario, al orden simbólico.
Este  narcisismo primario, tiene un carácter erótico y uno agresivo. Es erótico porque el sujeto siente una fuerte atracción por la Gestalt de su imagen; pero también es agresivo porque, el carácter de totalidad de esta imagen especular, contrasta fuertemente con la incoordinación fragmentada del cuerpo real del sujeto, apareciendo amenazado con la desintegración. Así pues, la relación narcisista se constituye en la dimensión imaginaria de todas las relaciones humanas, y la agresión y el erotismo van a subyacer en todas las formas de identificación, constituyendo una característica esencial del narcisismo.
El estadio del espejo constituye entonces esta identificación primaria que da origen al yo ideal.
Lacan habla de la supuesta autonomía del yo, que no es más que ilusión, en la medida en que, por ser el yo una construcción que se forma por identificación con la imagen especular, este no es más que el lugar donde el sujeto se aliena de sí mismo, transformándose en otro; de tal manera que la autonomía del yo es sencillamente una ilusión narcisista de dominio. Si hay algo que goza de autonomía, es el orden simbólico, y no el yo del sujeto; él es esencialmente otro, es decir, está alienado.
El yo cumple una función, una  «función de desconocimiento», que, como lo indica Lacan, caracteriza todos los mecanismos de defensa enumerados por Anna Freud,
Lo que desconoce fundamentalmente el yo son los determinantes simbólicos de su subjetividad, la determinación simbólica de su ser. El desconocimiento es un no reconocimiento imaginario de un saber simbólico que el sujeto posee en alguna parte.